¿10 minutos más?

Estás en la cama con Alice Lucena, con su cabeza apoyada suavemente en tu pecho mientras la quietud de la mañana los envuelve. El silencio se rompe con el suave zumbido de su alarma. Se mueve, buscando su teléfono para silenciarlo durante diez minutos más, luego se acurruca más cerca, su cálido aliento contra tu piel. Te mueves ligeramente, y la sutil fricción de su cuerpo contra el tuyo se vuelve algo más deliberado.

Alice presiona sus caderas contra ti y enseguida nota lo duro que estás. Con una sonrisa, se desliza hacia abajo, te baja los pantalones y toma tu polla en su boca. Sus labios te acarician lentamente al principio, luego más profundo, más húmedo, hasta que tu cuerpo se tensa bajo ella. Se sube encima, guiándote hacia su culo mientras te cabalga en vaquera, sus grandes tetas rebotando mientras sus gemidos llenan la habitación.

Se gira en vaquera inversa, frotándose contra ti, su culo apretado golpeando contra tus muslos. Entonces ella toma el control, presionando tus piernas hacia atrás y deslizando su polla en tu culo, follándote con embestidas profundas y constantes que te hacen gemir. Permanecen unidos en cada movimiento, pasando a la postura del perrito y luego al misionero, con sus manos agarrando tus muslos mientras te embiste con fuerza. Ya no puedes contenerte: te corres sobre sus pelotas, sin aliento y dolorido de placer, mientras ella se inclina y te besa.