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Fernanda Moraes está en la cocina, ocupándose de la repostería. Mientras extiende la masa con precisión, un percance juguetón hace que la harina se derrame sobre tu ropa, provocando una sonrisa traviesa de Fernanda. Con un brillo travieso en los ojos, se acerca y , consensualidad, te quita delicadamente la harina de la ropa. La sensación de sus manos contra tu cuerpo te produce escalofríos, sobre todo cuando llega a tu bulto y su tacto enciende tu deseo.
Tesaca la polla y empieza una mamada apasionada, metiéndosela hasta el fondo de la boca y haciendo movimientos rápidos y fuertes. Luego, se levanta el vestido para que puedas follártela por detrás: se inclina hacia el mostrador y le metes la polla en el culo, observando cómo se mueve. No puedes aguantarte las ganas y seguís follando en el suelo. Ella se sienta en vaquera invertida y a lo cowgirl y tú le agarras el culo mientras ella se mueve arriba y abajo para darte placer. Después de que ella también te folle, te masturbas hasta correrte mirándola.